jueves, 2 de julio de 2009

El mercado de San Miguel



El mercado de San Miguel es el único en hierro que se conserva en Madrid una vez derribados los de la plaza de la Cebada (en 1956) y el de los Mostenses (en 1925, por las obras de construcción de la Gran Vía). Está inspirado en otros mercados europeos realizados en hierro al estilo del de Las Halles de París. En la actualidad está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.



El solar ocupado por el mercado fue el emplazamiento de la iglesia de San Miguel de los Octoes, en dónde fue bautizado Lope de Vega. Si bien no se sabe si el edificio era el original, la parroquia ya existía a principios del siglo XIII, tal y como menciona el fuero de Madrid de 1202. Toda la zona, con el templo incluido, fue arrasada por un terrible incendio ocurrido en 1790. A pesar de ser rehabilitado, su estado siguió siendo preocupante, hasta tal punto que en 1804 Juan de Villanueva recomendó su demolición. Ésta se efectuó el 28 de noviembre de 1809 por orden del rey José I, dentro de su acertadísima política de apertura de espacios en el casco urbano de Madrid.



El solar se transformó en una plaza pública en la que se celebraba un mercado de productos perecederos, para lo que se disponían hileras de cajones de madera y tenderetes. El economista y en su día gobernador de Madrid, D. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España aseguraba en 1.847 que el mercado callejero acogía ciento veintiocho cajones y ochenta y ocho tenderetes. En 1835 se Joaquín Henri realizó un proyecto para cubrirlo pero sólo se ejecutaron unas portadas para aislarlo de la calle Mayor evitando el mal efecto que daban los cajones dispares de los comerciantes.



En 1911 se encarga el proyecto definitivo a Alfonso Dubé y Díez, comenzando las obras en 1913. Éstas finalizan tres años más tarde y siendo inaugurado el nuevo mercado el día 13 de mayo de 1916. Para no interrumpir las ventas durante la obra se construyó en dos mitades. Aunque era un mercado cubierto, el acristalamiento exterior se instaló posteriormente. El coste de las obras fue de trescientas mil pesetas de la época.



En 1999 la Comunidad de Madrid abordó con fondos europeos y de los propios comerciantes una remodelación que ascendió a 150 millones de pesetas de la época y que devolvió al mercado su aspecto original. Sin embargo, su actividad comercial fue decayendo poco a poco ya que sus instalaciones no podían competir frente a los modernos supermercados y centros comerciales. Para evitar su defunción, un grupo de particulares con intereses arquitectónicos, gastronómicos y pertenecientes a diferentes ámbitos culturales y sociales formó la sociedad El Gastrónomo de San Miguel. Su objetivo era resucitar y mejorar su actividad tradicional creando un mercado que tuviese como referencia el de La Boquería de Barcelona, con una oferta centrada en productos de gran calidad, alimentos de temporada, asesoramiento gastronómico, posibilidad de probar aquello que va a formar parte de la cesta de la compra o comer de picoteo.



Ha sido, y es, con los tiempos de crisis que corren, toda una apuesta el resucitar un mercado tradicional, el de la compra diaria, con las ventajas del siglo XXI. El 13 de mayo de 2009, noventa y tres años después de su primera inauguración, ha reabierto sus puertas.

4 comentarios:

Ripley dijo...

muy bonita la serie, hace nada tambien yo estaba por el mercado de san miguel cámara en mano, me gustan sobre todo la primera y la cuarta a pesar de toda la luz que entra por el fondo. cualquiera diria vista la indumentaria de la señora que se trata de un mercado, por muy delicatessen que sea. abrazos

Merce dijo...

Me alegro mucho de que se reabriera el mercado. A ver, tu conoces un poco de Galicia, creo recordar que al menos Lalin, sabes entonces lo "grandes" que son nuestras ciudades (no vamos a contar con capitales de provincia, sobre todo con Coruña y Vigo, las mas representativas, aunque bueno, Santiago es mucho y Pontevedra tambien) Ourense y Lugo son como mas chiquitas, sobre todo Ourense y aun asi la "plaza de abastos" se va deshaciendo... se muere, se agota...

Son edificios con historias, con autenticas historias en su interior, con recuerdos.

A mi me encanta ir al mercado y ver la tremenda variedad de productos, realmente a veces puedes comprar legumbres deliciosas que jamas comprarias en un supermercado y tampoco son a precios elevados. Bueno, que me voy del tema jajaja

Me encantan tus fotos, tu reportaje, la lectura y el cariño que depositas en cada entrada.

Como dice Ripley, si es cierto que la indumentaria de la señora del sombrero se haga creible en un mercado, aunque hoy en dia los mercados son visitados por chanclas y pantalones cortos que en escasas ocasiones compran los productos de los labradores, quie sin embargo si comprarian si estuvieran colocados con la etiqueta de "cultivo ecologico" en la estanteria de un supermercado en la seccion de "delicatessen" increible!!!

Gran entrada.

Biquiños

Raúl ´ s PC dijo...

Felicidades, sigue escribiendo y subiendo tus fotos, un saludo.

Japy dijo...

Preciosa forma de mostrarnos desde tu blog los rincones de la capital. El ByN le va perfecto. Saludos.