Gran Vía: 100 años y un día

Hace cien años y un día, el 4 de abril de 1910, el entonces rey de España, Alfonso XIII daba por iniciadas las obras de la que hoy (y desde entonces) se conoce como la Gran Vía madrileña.

Aparecen estos días muchas referencias a esta efemérides en todos los medios de comunicación, por lo que me voy a limitar a dar algunos detalles que considero curiosos. Están extraídos del Diccionario Enciclopédico de Madrid de Mª Isabel Gea (2002, Ediciones La Librería):

..."Las obras ... terminaron en 1931. El último edificio en construirse fue en 1952. La gran Vía está formada por tres tramos de trazado irregular porque se tuvo que respetar tres edificios religiosos: la iglesia de San José, el Oratorio del Caballero de Gracia y la desaparecida (en 1931) iglesia de San Francisco de Borja, donde hoy está el teatro Lope de Vega."

Desde luego aquí seguro que alguien pensó en aquello de con la iglesia hemos topado. Sigo:

"Cada uno de los tramos recibió un nombre diferente en su inauguración: el primero, entre Alcalá y la Red de San Luis, se denominó Conde de Peñalver,... , el segundo, ente la Red de San Luis y la plaza del Callao, tomó el nombre de avenida de Pi y Margall..., y por último, el tercero, entre las plazas del Callao y España se llamó Eduardo Dato... Entre 1936 y 1939, el primer tramo se denominó avenida de Rusia (luego avenida de la Unión Soviética), el segundo trozo, avenida de la CNT y el tercero, avenida de México. Entre 1941 y 1980 toda la Gran Vía recibió el nombre de avenida de José Antonio..."

Y pese a todos estos nombres y renombres, siempre los madrileños la hemos conocido como La Gran Vía, así, con el La delante.

Y para terminar una pequeña anécdota familiar. Mi abuela y mi madre, siendo ésta niña aún, tomaron el metro en la estación de Gran Vía, cercana a su casa, para ir a algún sitio que no viene al caso y que tampoco recuerdo. A la vuelta esa estación había desaparecido y en su lugar estaba la estación de José Antonio, pero mi abuela realmente pensó que iba en la línea equivocada hasta que llegó a la siguiente estación, la de Tribunal en donde todo quedó aclarado. En fin, cosas que pasan.